Cómo cuidar mi alimentación sin Dietas
Las vacaciones terminaron, estamos aún con la ‘recuperación post vacación’ y volvemos con la idea: “ahora toca hacer dieta para deshacerse de los kilos de más que he subido durante los excesos de estas vacaciones. Este es uno de los primeros objetivos que seguro se te pasa por la cabeza, ¿verdad?
Un objetivo que también te planteas cuando pasa navidad y seguramente el año que viene, antes del verano, en la conocida “operación bikini”. Y así en bucle. Año tras año. Pero si te paras a pensar (porque esto lo llevas haciendo ya hace unos años) ¿cuál es el resultado final?
En el mejor de los casos te encuentras en el mismo peso, pero lo más probable es que en los últimos años sumando, y, hayas subido más peso del que deseabas, y en el peor de los casos puede que hayas empeorado tu relación con la comida, te haya surgido algún problema de salud o incluso, algún desorden alimentario.
Tú crees que necesitas hacer dieta. ¡¡¡Pero no!!!! Ha llegado el momento de romper con este círculo de las dietas, y apostar por alimentarte de forma saludable, consciente y disfrutando de la comida. Hacer dieta no te dará lo que buscas, aprender a comer sano y de forma flexible, sí.
Lo que en realidad te ayudará a alimentarte de forma sana es:
Escuchar las señales hambre-saciedad:
El cuerpo nos envía constantemente señales sobre nuestro entorno, lo que nos pasa, para que podamos sobrevivir. Y entre estas señales, están las de hambre y saciedad. Pero el ajetreo de la vida actual nos ha hecho olvidar escuchar a nuestro cuerpo, y en el tema de la alimentación es muy importante. Generalmente tenemos hambre cuando han pasado 3-4 horas después de la última comida. Si tenemos hambre notaremos un vacío en el estómago, incluso puede que nos haga ruido, esto indica que es hora de alimentarnos de nuevo. Pero si decidimos no hacerle caso y esperarnos una hora más para comer algo, luego tendremos mucha más hambre y optaremos por comer más y alimentos más palatables (con más grasas, azúcares y sal). Con la saciedad pasa lo mismo. Es importante que observes cuándo estás satisfecho para dejar de comer antes de que estés demasiado lleno.
No prohibirte:
Cuanto más te prohíbas ciertos alimentos, más ganas tendrás de consumirlos. Y entonces, cuando finalices tu dieta de restricciones volverás a escoger estos alimentos con más ganas, siendo el resultado contraproducente. Además eliminar alimentos que nos gustan genera tensión y ansiedad, que llevan a consumir otros productos en más cantidad para calmar ese estrés. Solución: no te prohíbas ningún alimento, sé flexible. Se trata de dosificarlo y gestionar su ingesta. Comer ese alimento que te gusta de vez en cuando, y con conciencia te ayudará a motivarte para tener una alimentación saludable, ya que estarás disfrutando de la comida y de lo que te gusta.
Comer con atención:
Sin distracciones como el televisor o el celular. Disfrutar de la comida, recréate con su aroma, su gusto, saborea cada bocado… Empieza a aplicar este ritual y lo primero que conseguirás es comer poco a poco, facilitándote la digestión de los alimentos y te ayudará a identificar la sensación de saciedad.
Pon atención en la cantidad de sal y azúcar que comes:
Un paso sencillo y que puedes ir incorporando poco a poco. Intentar reducir al máximo el consumo de azúcar y sal. No poner sal a tu comida antes de probarlo. Busca otras formas de aromatizar tus platos. La sal la puedes sustituir por distintas especias. Prueba, juega con ellas y descubre las que realzan el sabor de tus platos favoritos. En cuanto al azúcar, sácale provecho a la fruta. El plátano, los dátiles, los higos, entre otras, son frutas que puedes usar en recetas dulces y te ayudarán a quitarte el gusanillo por el azúcar.
Cocina fácil, rápido y rico:
Es la mejor forma de motivarte. Hoy en día hay infinidad de recetas saludables en las redes, es el momento de aprender a cocinar sin complicarse mucho, descubrir platos nuevos saludables y sabrosos que te gusten y variar tu menú habitual.
Encuentra mis recetas recomendadas en las historias destacadas de mi perfil de instagram.
Organiza tus comidas:
Con las prisas de hoy en día, no organizarte en la cocina dificulta que tu alimentación sea saludable. Llegar a casa tarde o justa de tiempo, tener tu refrigerador medio vacío o no saber qué cocinar, te va a llevar a picar lo primero que encuentres. Piensa en el menú semanal, haz la compra o el día de la semana que te quede mejor. Verás el cambio. Llegar a casa y saber qué tienes para comer o cenar es la mejor garantía de mantener una alimentación saludable.
Cuestiona tus creencias:
La industria y la sociedad nos marcan unos cánones de belleza que están muy alejados de los cuerpos reales y que nos afectan, en mayor o menor medida a todos. Por eso es importante cambiar estas creencias sobre el peso ideal y los cuerpos esculturales. Hay que empezar por aceptarse y quererse a uno mismo, entender que todos somos distintos y bellos por igual.
En conclusión
Terminar con el ciclo de las dietas consiste en introducir, poco a poco, estos pequeños cambios progresivos que a largo plazo dan buenos resultados. Es la mejor forma de alcanzar el bienestar que buscas, estar sana y disfrutar de la comida, que al fin y al cabo, no deja de ser un placer más de esta vida.
¿Qué te parecen estos cambios de hábitos? ¿Los vas a empezar a aplicar? ¿Cuál/es te cuestan más? Déjame tus comentarios, me encantará leerlos.